COMPARTIENDO Y VIVIENDO EL CARISMA, TAMBIÉN EL DÍA DE SU RENOVACIÓN
Desde las primeras luces del dí a, se notaba, se sentí a, que el dí a era especial, algo
grande iba a ocurrir.

Entre los propios residentes y el personal se respiraba un ambiente de alegrí a y de
celebracion.
Y así fue, comenzamos como punto central del dí a con la Eucaristí a.
En ella nos detuvimos a reflexionar en la primera palabra que el Á ngel dirige a Marí a:
«Ále grate».
Álgo que sobrepasa lo humanamente entendible va a ocurrir.
Marí a esta llamada a una Misio n, aunque no lo comprende, se deja llevar, se entrega
confiadamente y siente que el propio Dios la esta guiando para llevarla a cabo.
Y Ella, responde confiadamente con una palabra: «Si «.
Áyer tras unos momentos de intenso silencio interior, las
Hijas de la Caridad, tomando el «Si» de Marí a, lo hicieron
suyo, respondiendo con su propio «SI” a la llamada de
Dios, una llamada a servirle en los
ma s Pobres entre los Pobres.
«SI» son solo dos letras, pero ellas
unidas encierran tanta profundidad
y compromiso.
Ácto seguido se les hizo
entrega a las hermanas de un
pequen o ramo de flores por
parte de residentes, personal y
voluntariado, como
agradecimiento por su entrega
generosa. Tambie n los residentes del Centro de Dí a
les ofrecieron un detalle, hecho por ellos mismos.
Con este gozo y alegrí a, lo vivimos todos en la Capilla.
Terminada la Celebracio n, entre felicitaciones y fotos dimos por finalizado ese
primer momento.
Á continuacio n, tuvo lugar en uno de los comedores, un lunch esple ndido, en el que
de nuevo, nos encontramos el Personal, voluntariado y las Hijas de la Caridad.
Las ane cdotas, risas y las historias de vida entran ables crearon un ambiente que se
vivio como lo que somos realmente: una gran Familia.
Y para terminar el dí a otro momento esple ndido.
Las Hijas de la Caridad nos hicieron un regalo muy especial, nos abrieron sus
puertas, la verdad siempre esta n abiertas y nos invitaron a comer con ellas, a
compartir su mesa, juntos Comunidad y miembros del grupo de Pastoral y Equipo
Directivo.
Ánte una mesa decorada con la delicadeza que so lo ellas saben hacerlo, disfrutamos
muchí simo compartiendo y poniendo la vida en comu n, con los corazones abiertos,
gozamos de una tarde hermosa que siempre la recordaremos.
Vivimos el dí a como realmente se merecí a y ese SI suyo, lo hicimos propio y se
extendio por todos los rincones de esta Casa.
Gracias Hijas de la Caridad, por abrirnos vuestros corazones y ensen arnos que la
vida so lo se gana, se disfruta y se vive, si uno la entrega y la reparte a los dema s.
Felicidades a Todas .
¡Con gozo y esperanza seguiremos compartiendo camino y Misión con
vosotras!

